por Escotilla » Sab May 06, 2006 1:05 am
Lo prometido era deuda:
Viaje de Valencia a Santiago de Compostela
Ida: 15-03-2006
Salimos puntuales de Valencia-Término a las 8,45 de la mañana en el Alaris 490-203 (con matrícula completa 9-490-203-7, composición clásica M+R+M). Sin incidentes dignos de mención. Lleno a reventar como es costumbre. Pasajeros a sus trabajos (ordenadores, papeles, etc., otros viendo el video o durmiendo). Desayuno sin interés: lo de siempre tirando a pobre; eso sí mucha tontería de miel, leche, mermelada, aceite, sal y pimienta, etc. Para desayunos los de antes, hace ocho o más años (en los primeros tiempos del Euromed a Barcelona): un primero, un segundo, postre, licores, café, etc.
En fin, el viaje va discurriendo normalmente hasta llegar a Aranjuez. A partir de aquí la velocidad baja de forma ostensible seguramente por la presencia de los cercanías, veo muchas 269 en colores taxi cerca de Ciempozuelos transportando automóviles, pero no puedo coger las matrículas, están en vía paralela a la que llevamos y aparecen de pronto aparcadas. Llegamos a Madrid no obstante con puntualidad británica (12:00 horas).
Paso a los cercanías para atravesar Madrid bajo tierra y trasladarme a Chamartín. Tiempo más que sobrado (el Talgo Madrid-Vigo-A coruña sale a las 14:00) para comer en un restaurante de la estación, por cierto nada mal. Me quedó luego un poco en el área de preferente para reposar un rato la comida y usar los excelentes servicios que ofrece.
Con tiempo suficiente me bajo al andén 16 para ver la composición que se ha formado del Talgo (si no me equivoco un Talgo IV de Grandes Líneas). Encuentro en primer lugar al interventor junto a los vagones de preferente que me indica amablemente mi coche. Luego bajo de nuevo al andén y le pido información sobre qué locomotora llevamos. No lo sabe con seguridad y le digo que me voy a acercar a la cabeza de tren para verlo. Una flamante 252 de grandes líneas (azul y blanca sin rótulo ni de Altaria ni de Arco) exactamente la 252-013-8, como los chorros del oro de limpia. Se lo hago saber al interventor que asiente y le pregunto que cómo es que los asientos están en dirección contraria a la marcha. Me indica que en Medina del Campo hay que hacer inversión de marcha y a partir de ahí hasta Santiago ya iré de cara a la misma (me pregunto porqué no son giratorios los asientos, máxime en un tren de esta categoría). La composición está formada por la ya mencionada 252 y los siguientes coches (no cogí los números por que eran un montón). La rama de Vigo (que ahora está en cabeza lo forman: un vagón TG4z generador extremo (de 2 ejes) 1 vagón TA4 primera clase, 1 TC4 cafetería, 3 TB4 segunda clase (supongo que uno sería extremo, no me fijé) y la rama A Coruña empalmada a la anterior sigue así: 3 TB4 segunda clase, 1 TC4 cafetería, 2 TA4 primera clase y finalizaba con otro vagón TG4z generador extremo (de 2 ejes). Partimos puntuales y noté que en las curvas cerradas chirríaban mucho los ejes de los coches Talgo, supongo que debe ser normal, pero me chocó un tanto. A la altura de Las Matas pude ver un ¿cementerio? de coches Talgo de las series III y IV, pura chatarra y pintarrajeados por los graffitis que los “salvajes urbanitas” les han colocado por todas partes. Vi también alguna que otra locomotora y sobre todo me quedé gratamente sorprendido al ver una unidad completa de Talgo pintada en color ¿verde? que según leí en alguna parte se utiliza como laboratorio (vosotros sabéis mejor que yo cuál es y creo que sólo existe ese prototipo; yo con sinceridad no sé su denominación en este momento).
En la primera hora de marcha, después de dejar atrás El Escorial, a la altura de Navalperal sólo hemos hecho 88 kilómetros. He de decir que la vía se le nota en bastantes buenas condiciones, pero no corremos demasiado. Luego se incrementará de forma ostensible la velocidad. Llegamos a Ávila sin novedad y veo a la 333-001 aparcada en otra vía. Un minuto y arrancamos de nuevo, no hay tiempo para más. Ahora sí, ahora si comienza a correr aquello. Vía en perfectas condiciones, recta como hecha con cordel (supongo que así es) hasta Medina del Campo. Daba gusto ver dejar atrás a los vehículos de todo tipo que circulan por la autovía de A Coruña paralela durante un largo tramo casi sin dar sensación de marcha. Y llegamos a Medina.
Observo en el horario sacado de internet que hay una parada de 8 minutos. Ya está: es el cambio de sentido que me anunció el interventor. Lo que no sabía es que desde aquí ya no está electrificada la línea y que debemos pasar a tracción diesel. Me bajo al andén junto con un compañero de vagón que quiere satisfacer su vicio de fumar tabaco (¡madre mía de lo que me libré cuando dejé el castigo de la nicotina! ¡Ya hace más de un año!). Se nos aparta la 252-013 y mientras observo como se nos acerca esa montaña de locomotora que es la 333-401-8 (según me cuenta el fumador es una reconversión de algunas 333, creo que dijo que serían 8 concretamente) ¡qué maravilla de conversación sobre el tema de locomotoras! Como me iba imaginando aquél era algo más que un simple pasajero. Fuimos hablando de diversos temas sobre trenes, gustos, política, en fin de todo un poco hasta que llegamos a Zamora y se despide. Pensé yo que se bajaba pero no… se subió a la locomotora. ¡Ay que ilusión me habría hecho que me invitara a ir con ellos en cabina! Aun sabiendo que no era posible no dejé de pensar en la cuestión. Desde mi ventana se veía el paisaje tan salvaje y a la vez hermoso de las tierras altas de Zamora zigzagueando camino de Puebla de Sanabria. En esta población se nos uniría de nuevo el caballero que se había subido a cabinat. Entretanto nos cruzamos con el Talgo que hace el servicio descendente hacia Madrid… y empezó ya a hacerse obscuro. Entablé conversación una vez con uno otra con otro con los cinco únicos pasajeros que llevaba el vagón de preferente (el otro que llevaba la rama A Coruña aún llevaba menos: sólo dos chicas). En esas y otras llegamos a Orense donde se separaron las dos ramas, y se apeó el maquinista (que al fin que confirmó que lo era cuando volvió a su asiento en Puebla) no sin antes desearme un buen fin de viaje (ya sólo me quedaba hora y media de trayecto). Una vez en Santiago sobre las 21,30 horas (sólo cinco minutos de retraso… no está nada mal) pude observar algunos 401 que irían detrás del talgo en dirección Coruña, sólo tomé nota de uno pues ya estaba un tanto cansado, este era el 401034-33. Hotel, cena y a dormir.
Cuatro maravillosos días en Santiago, Vigo, Cambados, O Grove, Portugal, desembocadura del Miño, Tuy, Orense, etc. Sólo el sur de Galicia (así dejamos sitio para volver otras veces más). Y lluvia, mucha lluvia… pero ¿y qué? Ya lo esperábamos.
Vuelta: 19-03-2006
La vuelta al ser nocturna la mayor parte no tiene tanta historia. Llegué con tiempo suficiente para todavía ver el Talgo proveniente de Madrid, tirado por la 333-404-2 y que llegó puntual a las 21,25 horas. Con cierto retraso llegó el Trenhotel, que a la postre fue la solución que tuve que utilizar ya que las opciones que me disteis aquí en el foro, el propio agente que me dio los billetes no me lo recomendó por no ser fiables los horarios de los regionales, máxime cuando el tiempo que tenía para los trasbordos no era demasiado. Apareció el Trenhotel tirado por la 333-406-7 que curiosamente no hizo cambio en Medina y nos llevó hasta Madrid. Salimos con más de 10 minutos de retraso de Santiago (debía haber salido a las 22,35) que fueron más de veinte después de Ourense cuando se incorporó la rama de Vigo. En Ourense pude ver aparcadas a la 333.015, la 333.019 (en colores taxi), y otra que no pude leerle la matrícula. Era ya casi la una de la madrugada.
Yo para entonces ya me había acomodado en mi departamento (me saqué una cabina individual… para un viaje al cabo de las mil tampoco es cuestión de privarse de comodidades); el interventor me entregó la llave y me dijo que se encargaría de avisarme tres cuartos de hora antes de llegar a Madrid así como que la cafetería estaría abierta hasta las dos de la madrugada y que volvería a abrir a las seis. El vagón restaurante no tuvo ni un solo cliente. Las dos veces que pasé antes de acostarme estaba completamente vacío; la persona que lo atendía allí estaba tranquilamente leyendo. Así fue transcurriendo la noche… sin pegar ojo, y no era por la incomodidad, que no fue tanta, sino por mi curiosidad. Cada vez que paraba el tren yo tenía que ver qué estación era, pero el caso es que ya lo sabía. Manías. Llovía a mares. El agua golpeaba con fuerza los cristales. Paramos en Zamora a las cuatro del a madrugada, ya habíamos recuperado el tiempo de retraso que llevábamos. Por fin llegamos a Medina del Campo, mientras yo esperaba el cambio pude ver un mercante tirado por la 333.333 de color ¿azul? No vi muy bien ni la matrícula ni el color, lo siento; ya iba medio dormido como así sucedió desde aquí hasta Ávila, por fin una horita de sueño, gracias a que la vía está en perfectas condiciones.
Y a su hora en Madrid. Un Madrid completamente vacío. Se notaba en que casi no se veía cercanías, y los que habían iban vacíos. Era fiesta allí el día 20 de marzo. Me trasladé desde Chamartín a Atocha y a las 9,00 salía el Alaris en doble composición (la primera unidad vacía completamente y en la segunda unidad, la 9-490-010-6, unos pocos viajeros). La doble composición me dijo el interventor que era para poder traer a la vuelta a los muchos turistas que aún permanecían en Valencia tras las Fallas. Y por fin, muerto de sueño, a las 12,15 horas llegué a mi ciudad y me trasladé a mi casa, y a dormir, que 14 horas de viaje aunque sea en preferente cansa y mucho…
Y esto es el relato de mi viaje que os prometí cuando os solicité ayuda para hacerlo….
¡Ahora que veo el texto escrito vaya ladrillazo que me ha salido! Lo tendría que cortar en trozos y sacarlo en trozos.
Saludos amigos.
José Luis (Escotilla)