¿Alguien sabe por qué en la antigua Renfe algunos revisores te armaban tanto jaleo cuando viajabas con un animal? En los CFF-SBB (Suiza), y en la mayoría de compañías de transporte de países civilizados el animal puede viajar contigo aunque tienes que pagar un billete que corresponde a una pequeña fracción del precio del billete de una persona.
Recuerdo que en cierta ocasión, me contaron que en el talgo de Barcelona a Cerbere se subieron unas turistas francesas con un perrito marilí, y cuando las vió el revisor furioso agarró la correa del perrito para tirarlo al andén. La turista gritaba llorando: "¡No, por favor, el perro no, el perro no!" y le dió al revisor algo que sonaba como el papel (y al parecer llegaron a un acuerdo). Éste, discretamente, se metió el papel o lo que fuera en el bolsillo y dijo: "Bueno, por esta vez haré una excepción, pero que sepáis que está prohibido subir animales al tren." Me dijeron que fue una escena bastante violenta y bochornosa para el resto de pasajeros. Afortunadamente esto no es habitual y pienso que se trata de un caso aislado. Pero no podemos olvidar que el Reglamento de Viajeros ha prohibido durante muchísimos años a los dueños de animales viajar con sus mascotas en el compartimento de pasajeros.
Y ahora yo te pregunto, l'ami Pedro: ¿En Suiza pasan estas cosas? Seguro que no.