EL PERIÓDICO, 03/'03/2008
Con un trazado de 1,4 kilómetros, el nuevo transporte se inauguró en octubre
El tranvía de Sevilla, a su paso por la catedral, hace unas semanas. Foto: RAÚL CARO JULIA CAMACHO
SEVILLA
Desde finales de octubre, los sevillanos cuentan con una nueva diana para sus bromas. La ciudad puede presumir de ser de las pocas del mundo en disponer de un tranvía que no alcanza los dos kilómetros de recorrido. Tal dispendio, que le ha costado a las arcas municipales y regionales más de 80 millones de euros, tiene además una característica especial: catenarias de quita y pon con ocasión de las fiestas tradicionales de la ciudad. Levantar la mitad del trazado para que desfilen los cortejos procesionales le costará este año al ayuntamiento otros 130.000 euros.
El tranvía, bautizado como Metrocentro, es el único medio de transporte para acceder al centro neurálgico de la ciudad, dentro de su ambicioso proyecto de peatonalización del entorno de la catedral y el Archivo de Indias (un área de 40.000 metros cuadrados). El plan ha creado no pocas polémicas.
CALLES MUY ESTRECHAS
La Junta y el ayuntamiento invirtieron más de 80 millones en la construcción de los 1,4 kilómetros actuales de trazado --sí, apenas 1,4 kilómetros de recorrido--, que aumentarán a cuatro en los próximos tres años merced a los proyectos de ampliación que lo enlazarán con estaciones de metro, autobús, ferrocarril e incluso aeropuerto. No obstante, cuando llegue ese momento, el trazado del tranvía se solapará en un 70% con el recorrido de Cercanías o el metro. El problema surge cuando el ayuntamiento reconoce ahora no saber cómo meter técnicamente el tranvía por las estrechas calles del centro.
Pero sin duda lo más llamativo es que el tranvía quedará inutilizado más de la mitad de su recorrido --que quedará reducido a unos 750 metros-- durante la celebración de una de las fiestas señeras de Sevilla, la Semana Santa, al coincidir el trazado con el recorrido oficial de las cofradías. Entre el transporte y las procesiones, la capital andaluza elige las procesiones. Este parón también se producía con el servicio de bus en años previos, pero en el 2008 y el 2009 la situación alcanzará un punto surrealista, pues habrá que desmontar casi la mitad de las catenarias para facilitar el tránsito de los pasos con las imágenes. La medida supondrá tres semanas de inactividad: la de la festividad, otra para desmontarlo y otra para montarlo.
LAS CUENTAS
La calculadora municipal echa humo con tantas cuentas. A los 130.000 euros por quitar las catenarias para Semana Santa cinco meses después de su instalación se suman ahora otros casi 700.000 para sustituir las actuales, de corte muy moderno, por otras de estilo clásico más acordes con el entorno.
Pero también estas catenarias tienen los días contados. Para mitigar el impacto visual, el ayuntamiento incluyó en el pliego de condiciones que la empresa adjudicataria debía utilizar este sistema de forma provisional en el tramo afectado mientras hallaban una forma alternativa de alimentación de los vagones. La pega, critican desde la oposición, es que el recorrido tan escaso que realiza impide acumular la energía suficiente que permita mover el convoy de forma autónoma y en condiciones óptimas. Es decir, arrastrando los vagones y con el aire acondicionado funcionando, algo imprescindible para que pueda ser usado en la ciudad. Sevilla, no cabe duda, tiene un tranvía especial.