Respecto de lo que señala finidin, la opción más habitual, más que añadir productos al agua en las calderas, que resulta muy complejo, era el tratamiento de las aguas en origen, es decir descalcificar con diferentes tipos de sistemas antes de llenar los depositos. Esto era especialmente importante en las zonas de aguas duras, pues las incrustaciones podían dejar inservible una locomotora, o aumentar muchísimo su consumo en el mejor de los casos, con suma rapidez.
Para las locomotoras aún operativas bien estaría tener un producto para añadir al agua, porque el problema de incrustaciones y oxidación es real y por obvias razones no puede ser habitualmente pretratada. Resulta evidente que el uso que se hace de las máquinas es menor intenso que antes pero el problema se da. En algunos casos, el recurso usado hoy en día en España es añadir productos tipo Calgonit (lo de las lavadoras) y bueno, a su manera funcionan...
Creo que las producciones de tu empresa nos pueden interesar, y mucho, a algunos de los que estamos por aquí...
Respecto al tema que indica Peñaco, para meter agua a la caldera hay que usar un aparato que permita superar la presión, porque evidentemente el agua en el ténder o en los tanques de la locomotora está a presión y temperatura ambiente, mientras que en la caldera está a presión elevada (normalmente a un máximo de 12 kg/cm2) y a una gran temperatura.
Para lograrlo, primero se usaron bombas accionadas por el propio mecanismo de la locomotora, pero el invento trascendental, ya desde mediados del XIX, fue el inyector, ingenioso aparato que a base de conos y efectos venturi, logra usar el vapor de la propia caldera y las diferencias de temperatura y presión para meter agua.
Sobre inyectores hay varios interesantes artículos en la red a los que me remito para no hacer muy largo esto.
Saludos:
Javier.-