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Leyendas Urbanas

Foro para discusión sobre aspectos del Tren Real relacionados con la simulación ferroviaria

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Notapor StationBoss » Lun Abr 26, 2004 6:21 pm

Hola entfe001,

No te haces pesado en absoluto, al contrario. Ya dije que bajo tierra hay miles de misterios sin resolver y es fascinante tratar de investigarlos. Lo que no debemos confundir es el tiempo que llevan construidos los túneles de la L2 con la intención de intercambiar los finales de dos líneas.

En efecto, el proyecto de la L2 data de 1969-70-73, cuando se realizaron los túneles tal y como dices. Es más, ya por entonces se planeaba que la L2 cruzara Montjuïc por debajo (parece que finalmente será así aunque nadie sabe cuándo se comenzarán las obras), pero esto nunca se llegó a hacer, en parte por la coyuntura política de la época, falta de financiación y quién sabe cuántos problemas más. Cuando se retomó la construcción de la L2 en el 1993-4 se adecuaron los túneles a las instalaciones modernas. Como curiosidad, el color elegido había sido el marrón (sin confirmar) en lugar del lila actual. Los actuales trenes de la L2 tienen la capacidad de ir completamente solos, aunque en 1995, cuando se inauguró la línea, se desechó la idea de dejarlos sin conductor por el tema psicológico del pasaje. Como en la L11.

Me ha resultado graciosa tu curiosidad con respecto al cruce de túneles. No eres el primero que se queda pillado y la verdad es que me encanta contarles curiosidades al pasaje. Ah! No sufras, que lo de los descarrilamientos era sólo para crear rollo tétrico. Haberlos, haylos en varios puntos, pero no son nada de lo que preocuparse.

Un cordial saludo.

SB
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Leyendas Urbanas II: El Metro de NY

Notapor StationBoss » Lun Abr 26, 2004 8:49 pm

Estimados todos,

Ante la buena acogida de mi pequeña selección de historias tétricas y leyendas urbanas del mundo ferroviario y en justa reciprocidad a las muestras de calor e invitaciones recibidas, voy a proseguir con paso decidido mi incursión en las nieblas del misterio y el los caminos rojos del suspense para traspasar esa difusa línea que a duras penas separa la realidad de la ficción más tenebrosa. Hoy, el Metro de Nueva York:

- En el presente año asistimos al centenario de la que sin duda es una de las más espectaculares, vastas y atestadas redes de ferrocarril suburbano del mundo, junto a las de Tokyo, Rusia o Londres: el Metro de Nueva York. Es por este mismo motivo que es también una de las principales fuentes de rumores más o menos creíbles, historias más o menos enigmáticas y misterios decididamente terroríficos e inquietantes.

En 1904 el ingeniero y experto en comunicaciones ferroviarias William Barclay Parsons, con el respaldo político y económico del Ayuntamiento, se propuso unir mediante túneles subterráneos lo que ya por aquél entonces era una descomunal ciudad. No voy a entrar en demasiados detalles históricos, fácilmente accesibles en Internet, pero sí deseo resaltar que en la primera línea de metro neoyorquino, de 14 kilómetros, trabajaron entonces 8.000 personas, 54 de las cuales fallecieron en accidentes de diversa índole (el 1% de la mano de obra lo que, estadísticamente, no resulta especialmente interesante). Hoy, esta red es usada a diario por 5 millones de personas, consta de 25 líneas divididas en 468 estaciones (sin contar líneas abandonadas, estancias inutilizadas y estaciones "fantasma") en sus 1.062 kilómetros de extensión que recorren 6.500 vagones. Se puede decir sin exagerar lo más mínimo que bajo el subsuelo de Nueva York existe un mundo.

Lo que realmente interesa es lo que ocurre con las decenas de kilómetros de túnel que no se utilizan, con los cientos de dependencias de servicio, abastecimiento y almacén que quedaron abandonadas a lo largo de 100 años de historia, con los miles de galerías que comunican estas dependencias entre sí, con el exterior, y con los niveles más profundos... En conjunto, esta estructura de túneles y dependencias alcanza una profundidad estimada equivalente a unos 15 pisos de altura y su intrincación y laberíntica distribución apenas está cubierta por avejentados planos que distan mucho de ser rigurosos en su exactitud. Al mismo tiempo, el metro se comunica con otras redes de ferrocarriles de largo recorrido o regionales, como en toda ciudad, con lo que el mapa final resulta absolutamente caótico.

En los primeros niveles, dedicados en su mayoría al servicio de transporte normal, trabajadores del suburbano y pasajeros ven pasar sus vidas por encima de los mismos raíles en los que otros las pierden a diario, ajenos por completo al entramado del que forman parte. Por estos primeros niveles se accede a los niveles secundarios, donde la mayoría de líneas abandonadas, tramos inutilizados, fosos de maniobra o trazados sencillamente anticuados ven pasar los años y las sucesivas capas de polvo.

Se estima (no hay forma de confirmalo) que en Nueva York existen unas 150.000 personas que viven en la indigencia, de las que aproximadamente 4.000 (según otras fuentes, más de 7.000) se hospedan de forma temporal o indefinidamente en estos niveles secundarios. A partir de este nivel podemos intuir el horrible descenso en las condiciones y la calidad de vida de estas personas a medida que los metros de tierra y vías muertas nos separan de la superficie. En los niveles superiores habitan indigentes temporales o personas que en los meses más cálidos encuentran refugio en dependencias malolientes relativamente cercanas a la luz del sol. Por lo general salen a mendigar y a robar por el día y se retiran a pasar la noche, en muebles encontrados en la basura, en estas dependencias. Son habituales las muertes por la deficiente higiene, lo malsano de la alimentación o las frecuentes peleas por un determinado espacio que mantenga más tiempo el calor. En los meses de frío, de ese horrible frío que Nueva York proporciona a sus ciudadanos con durísimas heladas y contínuas nieves, estas personas tienden a retirarse a niveles inferiores, mucho más cercanos a las redes de ferrocarriles de largo recorrido y regionales, y la pérdida de vidas se acentúa: lugares mucho más oscuros, ausencia de alimentación y consumo de aguas fecales, parásitos y ratas monstruosas y la depredación por parte de los habitantes habituales de estos niveles más profundos; éstas, son personas que apenas suben a los niveles superiores o al exterior más que para proveerse de algunos pedazos de basura o robar y matar a sus vecinos del piso de arriba. Son personas por lo general violentas, habituadas a la oscuridad, acostumbradas a caminar encorvadas para vagar por las galerías más bajas, carentes por completo del más mínimo orden social. Ante tal situación, los indigentes de los niveles superiores han de tomar una lamentable resolución: luchar con sus vecinos del piso de abajo y seguramente perder o morir congelados en cualquier acceso de túnel... o, sencillamente, buscarse otro lugar. Son muchos los que mueren electrocutados por el tercer carril de líneas ferroviarias que creían abandonadas, otros son arrollados por trenes en estrechos túneles de los que no saben escapar y a los que no saben cómo han llegado, la mayoría son asesinados. Se calcula que la esperanza de vida en este infecto lugar no supera los 7 años...

Pero existen más niveles. Muchos más. A los túneles de vías y las dependencias hay que sumar los pozos de agotamiento, que drenan las aguas fluviales y las almacenan para su utilización, salas de maquinaria y ventilación, túneles de rescate para situaciones de emergencia que muchas mentes han olvidado ya y agujeros y cuevas que no se sabe a ciencia cierta qué o quién ha construido. Se habla de repugnantes, deleznables criaturas que pululan erráticamente por este sistema de alcantarillas de las alcantarillas de los túneles más profundos, completamente encorvados, prácticamente a cuatro patas, alimentados de las alimañas más viles e insalubres y de sus propios "compañeros" de supervivencia, con ojos refulgentes y pálidos, increíblemente sensibles a la luz, quizá con garras e instintos depredadores o sencillamente asesinos. Estos seres, más cercanos al reino de las bestias que de los humanos, desprovistos de todo lo que pudiera hacer recordar que en su día tuvieron padres, amigos, tal vez educación, sobreviven donde cualquiera estaría condenado... En rarísimas ocasiones suben más allá de sus dominios naturales y eliminan salvajemente a quien encuentran, llegando en ocasiones a los niveles en que los tranquilos pasajeros siguen viendo pasar sus vidas por encima de los raíles y bajo los cuales unos ojos ávidos y malvados los observan con la misma repugnancia que a las infectas criaturas de las que se alimentan...

Todos habréis oído la leyenda urbana, famosísima, de los cocodrilos que viven en el subsuelo de Nueva York. Para aquellos que no la conozcan, sucedió que en los años 20 se puso de moda entre la población de Manhattan adoptar como mascota una especie muy hermosa de aligator (cocodrilo corriente) que, siendo cachorro, no ofrecía mayores problemas que un pequeño mordisco sin importancia de vez en cuando. Pero estas criaturas crecieron y sus instintos se agudizaron, y el miedo de estas personas que en su día sonrieron ante las monadas de la mascota reptílica les obligó a desprenderse de ellos por el moralmente dudoso procedimiento de lanzarlas por el inodoro. Es por eso que circulan rumores de ataques de enormes cocodrilos en los túneles del metro o del tren y en las alcantarillas. Incluso se llegó a realizar alguna película que no incitaba precisamente a tomar el metro para ir a trabajar... Ya os puedo decir que esta leyenda es ficticia, pero hay otra que sigue envuelta en la espesa niebla del misterio: la de los "Túneles Astor".

En 1924, John Jacob Astor, el mismo magnate que daría su nombre a la conocida firma de cosméticos, decidió que el Metro de Nueva York era la forma más cómoda de desplazarse por la glamourosa ciudad después de los vehículos privados, sobre todo por cuestiones de rapidez y seguridad. Sin embargo, al hombre no le parecía nada correcto mezclarse con los miles de sudorosos trabajadores y amas de casas ruidosas que atestaban el suburbano. La lógica solución fue construirse un metro privado que sólo conocería y utilizaría la aristocracia de mayor abolengo. Con la cumplida financiación del extravagante Rockefeller y el beneplácito de la Alta Sociedad neoyorkina, se procedió a la excavación de los Túneles Astor, un metro privado de lujo que discurría a la mayor profundidad imaginable para la tecnología de la época, bastante más abajo de los niveles más inferiores antes descritos. Tal vez, a demasiada profundidad...

Se trataba de una sola línea, que unía el bajo Manhattan, discurría por la Quinta Avenida, giraba en Central Park y finalizaba en lo más profundo del Hotel Waldorf-Astoria. En virtud de la discreción, se procedió a la excavación del túnel y se dejaron para el final los accesos, permitiendo tan sólo, para su construcción, la entrada por el sótano del Hotel W-A y por los túneles del puerto de Manhattan. No se escatimó en absoluto en los refinamientos más exquisitos y el lujo más esplendoroso, sin olvidar el toque de extravagancia "kitch" del que gustaban tanto estos aristócratas; estaciones de delicado mármol griego, tapizados de oriente en suelos, paredes y techos, madera de roble y caoba en pasamanos y suelos, oro y plata en los acabados metálicos, arañas de cristal en techos y luz indirecta en paredes, exquisitas pinturas y esculturas para la decoración, arquitectura de arcos para las estaciones y una impresionante cúpula de cristal cuádruple en la estación inferior a Central Park, rematada en su punto cenital por una hermosa lámpara de incalculable valor (cuyas vistan daban directamente a feos bloques de tierra húmeda), un piano de cola (con pianista, por supuesto) en la estación inferior al hotel Waldorf-Astoria... Los trenes no llegaron a construirse y por tanto no se tuvieron que enfrentar al problema de meterlos allí abajo; la crisis del año 29 dio al traste con tal despliegue de lujo y, por qué no decirlo, de locura, y allí quedó para siempre, en las profundidades insondables de Manhattan, una de las leyendas más fascinantes que esta ciudad ha dado. Algunos investigadores curiosos han descendido por ocultos pasajes y galerías y han encontrado túneles inundados de fango y aguas pútridas, pinturas roídas por alimañas, mármoles quebrados, maderas hinchadas por la humedad y metales oxidados, muebles destruidos y reducidos a escombros y polvo, cristales y mamparos reducidos a añicos y, sí, un piano de cola que todavía sonaba...

Tal vez la leyenda de los Túneles Astor sea tan sólo una parábola sobre lo pasajero de la riqueza material, sobre la inacabable soberbia del ser humano o sobre lo inexorable del paso del tiempo. En cualquier caso, es una obra que existe, de la que puede obtenerse infomación (contradictoria en su mayor parte) en muchas fuentes literarias e Internet. Lo que sí que cabe preguntarse es qué tipo de criaturas disfrutan ahora de ese lujo venido a menos. Tal vez las mismas que redujeron a escombros ese imperio fantasmal subterráneo y segaron las vidas de tantos de sus trabajadores. Las mismas criaturas odiosas de ojos pálidos y malvados que ningún ser humano reconocería como de su propia especie.

Bueno, ahora podéis odiarme por enrollarme como una persiana, pero no podéis negar que la historia es verdaderamente interesante y tiene gancho. La primera vez que oí sobre ella fue en la novela "El Relicario", de Douglas Preston y Lincoln Child, que es la segunda parte de "The Relic" (El Ídolo Perdido), de los mismos autores.

Especialmente espeluznante es un capítulo en que se describe el ataque de un grupo de estas criaturas a un convoy de un metro estacionado por avería en medio de un profundo túnel. Os aseguro que, tras haberlo leído, no volverá a ser lo mismo una sencilla parada técnica de un tren en un túnel...

Espero sinceramente que haya sido de vuestro agrado.

Un cordial saludo y buenas noches.

SB
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Notapor BCN Término » Lun Abr 26, 2004 10:16 pm

Antes de que el compañero Stationboss continue con sus amenas leyendas urbanas ( o suburbanas quizás ), me voy a permitir arrojar un poco de luz sobre el cruce que sufren los tuneles gemelos de la Linea 2 del metro de Barcelona.

Si venimos desde la estación Sagrada Familia nos metemos en un tunel unico ( id consultando el plano adjunto durante la explicación ), al cabo de unos metros cada uno de los tuneles se independizan, y se separan para dejar paso al gran colector de la Diagonal y que se incorpora a la calle Marina al mismo tiempo que pasan por debajo del tunel de Renfe que se dirije a la estación de Francia, de esta forma al llegar a la estación Monumental, las vias llegan por tuneles separados a un andén central unico. Al llegar a la Gran via la linea tiene que hacer un quiebro de 90 grados, debido a la distancia que separa a ambos tuneles gemelos les es imposible hacerlo de forma equidistante, y eso les obliga a hacerlo a distinto nivel siendo el tunel en dirección Paral.lel el que pasa por debajo. Una vez fuera de la curva los tuneles se vuelven a situar a la misma altura para llegar a la estación de Tetuán.

No tengo constancia de ningún descarrilo en ese tramo, aunque es posible que alguno haya habido, lo que si dudo es que estos incidentes hayan sido tan habituales como para considerarlo una leyenda urbana o una maldición.

Para más adelante os contaré el motivo de que exista la estación no nata de Gaudí.

Un saludo

BCN Término.

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Notapor BCN Término » Mié Abr 28, 2004 1:23 am

Lo prometido es deuda, y me dispongo a relatar el origen de las estaciones Sagrada Familia y Gaudi del metro de Barcelona.


En 1959 Barcelona contaba con la linea 1 ( antiguo transversal ) la linea 3 ( parte del antiguo Gran Metro de Barcelona ) y la linea 4 ( otra parte del Gran Metro de Barcelona ). en aquel mismo año se inaguraba el primer tramo de la linea 2 ( que nadie crea que estoy confundido ya que como tal fué inaugurada ). Aquella linea 2 iniciaba su trazado en la estación de la Sagrera bajo la Avenida meridiana, enlazando con la linea 1, tomaba la calle Garcilaso donde estaba situada la estación Congrés, se incorporaba al paseo Maragall donde estaba situada la estación con el mismo nombre, y tomaba la Avenida de Borbón hasta la plaza Virrei Amat, donde estaba situada otra estación, finalmente enfilaba el paseo Fabra i Puig hasta llegar a la estación Vilapicina, donde estaba situado el final de la linea y las cocheras y telleres.

Durante los años 60 y 70 se proyectaron multiples proyectos de extensión de la red de metros de Barcelona, uno de ellos está reproducido parcialmente en este mensaje y ha sido extraido de www.wefer.com. Habia en proyecto la construcción de una quinta ( incluso una sexta ) linea de metro.

Ahora viene la parte más delicada de esta explicación, trataré de expresarme con toda la claridad que el asunto merece.
La por entonces linea 2 inaugurada en 1959 estaba proyectada de forma que, apartir de sagrera, llegara hasta el extremo sur de la Avenida Gaudi ( justo enfrente del Templo de la Sagrada Familia ) y apartir de ese punto debia dirigirse a lo largo de la calle Marina hacia la plaza de toros Monumental, es decir, el trazado actual de la linea 2 hasta la estación de Paral.lel.

Por otro lado, en 1969 ( 10 años después del primer tramo de la linea 2 ) se inauguró el primer tramo de la linea 5, desde la estación de Collblanc hasta la estación de Diagonal. Aquella linea 5 proyectada en aquel momento debia llegar hasta la calle Provenza con Marina donde debia estar la estación Sagrada Familia, enlazando con la linea 2, y continuar por la calle Provenza y dirigirse por un trazado muy similar al que recorre la actual y moderna linea 2 en dirección La Pau y Badalona. Es en aquella segunda mitad de los años 60 en la que por misteriosos motivos se decide unir ambas lineas, desviando la linea 5 hacia los tuneles ya construidos de la linea 2, atravesando la estación Gaudí ( que nunca fué inaugurada ) y haciendo desaparecer de un plumazo la linea 2.

Al mismo tiempo se iniciaron los trabajos del otro extremo de la linea 2 en Para.lel hasta como minimo la estación de Sant Antoni. Este tramo debia, muy probablemente , estar a todos los efectos, considerada por la compañia como la linea 2 de aquella epoca, pero nunca entró en servicio hasta 20 años más tarde. Ese es el motivo que Barcelona haya tenido durante todos esos años cinco lineas de metro menos una. Sobre el papel habia cinco pero en realidad tan solo eran cuatro.

Asi pues, la estación Sagrada Familia correspondia a la linea 5 y la estación Gaudi a la linea 2, hasta que el asunto se torció. Ambas estaciones están situadas a la mima cota bajo la calle, lo que hace sospechar que una de las dos lineas debia discurrir bajo la otra, sopecho que la 5, pero al decidirse su fusión no hizo falta hacerle perder cota y aprovechó el tunel ya construido de la linea 2, pasando como he dicho antes por la estación Gaudi, sin detenerse los trenes en una estación dotada de andenes completamente pavimentados, decoración en las paredes, escaleras convencionales y mecanicas, vestibulos y accesos a la calle completamente acabados y nunca utilizados, lo que nos hace deducir lo precipitado de la decisión.

Confió haber relatado con la claridad que merece un hecho como el que nos ocupa.

Un saludo.

BCN Término.

Alex Reyes
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(...)

Notapor entfe001 » Mié Abr 28, 2004 9:47 am

:shock: Sin comentarios. Muchísimas gracias por la información.

Una pequeña apostilla: en Barcelona ya estamos construyendo un "túnel Astor", la línea 9 del metro que según tengo entendido será la más profunda de todas. Ya me quedé impresionado de la profundidad de Monumental, que es de una profundidad <i>monumental</i> :lol:... Deberían premiarme por el peor chiste del foro.

Para terminar: como reconozco que me he ido un poco del tema de las leyendas urbanas con mi pregunta, quisiera abrir otro tema (y lo haré ahora mismo) preguntando por "misterios más reales".
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Notapor Teco01 » Mié Abr 28, 2004 4:24 pm

Ya que SB ha hablado sobre los mendigos de los metros grandes como el de New York, yo me he acordado del personaje de la película The Matrix Revolutions. Todos los que la abrán visto sabrán de quien hablo; si es él, El Ferroviário. En esta película se ha metido muchas cosas cotidianas pero que son muy ocultas: Un tio rico que habla frances que lo domina casi todo, una negra que ve el futuro, un chino que de artes marciales es temido, unos hombres de negro que si te los encuentras no sales vivo, una pandilla de alborotadores que llevan chupas de cuero y uno de ellos lo domina todo... y ya solo faltava el mendigo del metro que te mete o te saca de Matrix. ¿Os imaginais que va un mendigo de esos, inofensivo, y que derrepente os mete en una estación de metro de la cual no puedes salir?
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Notapor StationBoss » Mié Abr 28, 2004 6:27 pm

¡Interesantísima explicación, BCN! No conocía la web www.wefer.es, pero tiene una cantidad de información considerable. Merece ser explorada.

Lo que no he visto son los nuevos trenes de las series 500-L11 y series 5000 (nuevos trenes a estrenar el año que viene en L2, L3 y L5) y 9000 (L9). Menos mal, al menos los trabajadores disponemos de alguna información extra con la que hacernos los interesantes... Yo ya tengo las primeras fotooooooooos. Tiene que ser una gozada conducirlos; traen el asiento del motorista en posición central y sólo les faltará darte charla. De todas formas, no creo que tarden en filtrarse. Por ahora forman parte de la Intranet y no se pueden divulgar.

Si conoces más fuentes de este tipo, te estaré enormemente agradecido de que las compartas, pues como puedes suponer estoy muy interesado en el tema.

Y si gustáis de misterios más reales, tengo cantidad de anécdotas simpáticas e historias decididamente dramáticas, a elegir. Prometo hacer una lista de historias jocosas y otra de historias dramáticas, todas reales, propias y oidas. Ya os advierto que las segundas no serán aptas para todos los públicos...

Un cordial saludo.

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Notapor ADGuíxols » Lun May 17, 2004 2:18 pm

Hola a todos,

Vamos station_Boss, sorprendenos...


Un saludo :wink:
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Notapor blas_dani » Sab Jun 19, 2004 12:06 pm

Hola:

Este hilo se ha dormido un poquillo, venga!

Acabo de llegar de Plaza Catalunya y he vuelto a ver el puesto de venta de los despertadores en el pasillo de unión con los ferrocarriles de la Generalitat... la caja de cartón ha evolucionado, es una mesita!

Hacia tiempo que no los veia... quizá solo trabajan en festivo... el negocio sigue siendo próspero... supongo... como en los últimos veinte años :wink:

Por cierto, mucho antes de que se instalara el hilo musical o las modernas pantallas de Canal Metro (creo que se llama asi), en la estación de Paseo de Gràcia teniamos un Sr. mayor que nos deleitaba con unas arias de ópera mientras paseaba arriba y abajo del andén; no pedia limosna, sino que simplemente cantaba y algunos dias bien vestido ... hoy estaba allí vestido de verano y con unos cuantos añitos más pero con la misma alegria de siempre gesticulando y cantando.... y más cuando pasaba alguna chica guapa!

Recuerdo haberlo visto por primera vez hace 10 o 15 años... otro elemento de la fauna urbana del Metro de Barcelona.

Saludos y espero alguna historia más.
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leyendas urbanas

Notapor ASFA » Sab Jun 19, 2004 2:15 pm

Hola blas_dani.

Yo me acuerdo perfectamente de ese hombre. Hace ya 3 o 4 años que no lo veo porque no he pasado mucho por esa estación de la línea 3.

Últimamente cojo el metro en esa parada y tampoco lo he visto, creía que había muerto. Normalmente lo veía los fines de semana.

Tiene buen tono de voz, a mi parecer que no tengo ni idea de cante pero suena bien.

Saludos,
ASFA
 

Notapor StationBoss » Dom Jun 20, 2004 2:11 am

Hola a todos,

Vale, vale, no es necesario que aplaudáis todos a la vez, ya sé que me echábais de menos. Yo también a vosotros, qué demonios. Hacía mucho tiempo que no escribía nada, pero eso no significa que no continuara leyendo los mensajes. Me alegra ver que hay gente que desea continuar con el tema de las leyendas urbanas y que además conoce a nuestro cantante de ópera favorito.

Me resulta curioso que le mencionéis precisamente hoy que he oído algo de su misteriosa vida. A este buen hombre se le puede encontrar en la cabecera de andén de vía 1 de la estación de Paseo de Gracia de la L3, preferiblemente por las tardes. Todos sus bártulos, incluída una gruesa chaqueta que no deja en casa ni en verano, están depositados en el banco más cercano al improvisado púlpito desde donde nos deleita con una nada desdeñable voz. A diario puedo contemplarlo a un metro escaso de la cabina de conducción del tren y puedo afirmar que lo que canta es del todo incoherente pero que potencia de voz no le falta. Es más, los músculos y venas del cuello los tiene agarrotados hasta el punto que da angustia contemplarlo... Va siempre bien vestido y en apariencia limpio. Lo que he oído hoy mismo sobre su vida, por confirmar como todo lo que circula por ahí abajo, es que su mujer y su hija murieron, de forma separada, bajo las ruedas del metro de Barcelona. Es por este motivo que se supone que baja tan a menudo a la estación donde las perdió y canta desgañitándose, tal vez de pura desesperación o tristeza, con la vana esperanza de que sus seres queridos oigan su voz allá donde estén, pues hay quien dice que las almas de los que mueren en el metro quedan encerradas en los túneles y provocan, a su paso, cambios de ánimo en los pasajeros que se apelotonan en el andén... Quién sabe si, después de tantos años cantando con la tristeza infinita que reflejan sus profundos ojos azules, algún día decida ir a reunirse con ellas. Espero sinceramente que no sea así.

Y ahora para amenizar un poco la cosa os cuento unas cuantas anécdotas de esas que creo que os gustan a algunos y que doy fe de que son absolutamente verídicas.

- Una gélida mañana de julio apareció, a las 5, en la estación de Palau Reial un corpulento hombre... completamente desnudo. Aunque lo que enseñaba daba más bien lástima, se podía decir que tenía una buena musculatura (que nadie piense cosas raras, tan sólo estoy describiendo una situación de forma objetiva). Lo más gracioso era que se paseaba por el vestíbulo de la estación mirando a todas partes, como si acabara de salir de la selva y no hubiera visto en su vida una estación de tren. Como estar desnudo por la calle no es delito, sólo pude llamarle a la decencia, llamamiento que se pasó sin problemas por aquella zona tan densamente peluda (no me fijaba, es que estaba delante y se le veía todo, malpensados). Eso sí, se supo colar con la habilidad de un urbanita de toda la vida. En cuanto un grupo de ancianitas se me acercaron riendo y haciendo evocadores gestos con la mano me vi en la obligación de llamar a seguridad para desalojar al pobre Tarzán. No es que le tuviera miedo, pero es que uno es un chico atractivo y quién sabe qué obscuras intenciones pudiera tener tal sujeto... La Urbana se lo llevó después. ¿Le darían una bata?

- En una ocasión, a la 1 de la noche, un hombre en apariencia extranjero, de Europa del Este, se me acerca a la oficina y, sin mediar palabra, me introduce su teléfono móvil por la ranura de la venta de billetes. Me mira todo serio y me dice: "Cárguemelo con 20 Euros, por favor". Cuando le dije, descojonándome de risa, que tal operación la tenía que hacer en un cajero de la calle, me miró con suspicacia y me dijo que lo estaba engañando. Tenía que haberle cobrado los 20 euros, por listo.

- (Sucedido a un compañero motorista) Hace un tiempo mandaron parar la circulación en la L2 porque habían visto a un hombre bajar a la vía e introducirse por el túnel en dirección a Sant Martí. Cuando el hombre, con toda la calma del mundo, llegó al otro lado y el motorista le ayudó a subir al andén y le preguntó qué diantre estaba haciendo, contestó que dentro de aquél túnel "estaba el diablo y que quería implantarle un microchip en el brazo para tenerlo controlado". Le estuvo contando esa historia a mi compañero durante 5 minutos hasta que se lo llevaron. El motorista aseguró más tarde al CTC que allí no había ningún diablo.

- (Sucedido a una compañera motorista) Hace un año una amiga motorista tuvo la mala fortuna de ver cómo un pasajero tomaba carrerilla en el andén y se lanzaba decididísimo hacia el tren con la clara intención de acabar con su vida. El caso es que estaba tan decidido que calculó demasiado al alza el impulso y fue a parar a la otra vía por donde no venía nadie. Por lo visto el trompazo fue de órdago, pero lo mejor fue la cara de tonto que se le quedó al muchacho. Alguien le dio otra oportunidad... tal vez para que la malgastara como aquél que lo intentó tirándose al tren... ¡en la CABECERA del andén! También se le quedó cara de tonto.

Estas cosas sólo pasan en el Metro.

Tengo muchas más pero ya bastante largo resulta el mensaje.

A aquellos que cogéis habitualmente el metro de la L3 por las tardes-noches, si véis a un chico joven (prácticamente soy el único) no dudéis en saludarlo y si no hay moros en la costa os invito a dar un paseíto en la cabina unas cuantas estaciones.

Un cordial saludo.

SB
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Notapor ASFA » Dom Jun 20, 2004 11:41 am

Jeje. Te tomo la palabra SatationBoss.

Saludos,
ASFA
 

Notapor Fantito » Dom Jun 20, 2004 10:42 pm

Hola a todos. Este es, creo, mi segundo mensaje en este foro.
Ya que hablamos de anécdotas en el metro yo tengo unas cuantas de personales que aquí os las cuento:

- Iba yo de Sagrera a Verdaguer y me metí en un abarrotado coche y me quedó el zurrón o macuto, aquellos grises de la casa Alpina, pillado por las puertas por la parte de fuera. En Camp de l'Arpa solo pude recuperar las correas.

- En Verdaguer L-IV, subía las escaleras mecánicas con un maletín de pinturas al óleo cuando de pronto se me abrió el maletín y cayeron todas las pinturas, no pude recogerlas, de manera que se metieron los tubos entre los escalones y el peine del final y empezaron a reventar. Creo que fue el primer graffiti en el suelo que se hizo en el Metro de Barcelona. Años estuvieron los escalones de esa escalera con restos de pintura.

- En Verdaguer L-V perdí el último tren de la noche, y cuando decidí salí, oí que llegaba otro metro, bajé las escaleras corriendo y era el tren taller. Se paró y me preguntaron hasta donde iba, dije que a Sagrera. Me dejaron subir y me llevaron hasta Sagrera sin parar.

- En Provenza, esta vez en los FFCC de la Generalitat, se me escapaba el Tibidabo y corrí para pillarlo con tan mala fortuna que pisé un efluvio pectoral y resbalé cayendo y quedando encajonado entre el anden y el tren. Pararon toda la circulación y, mientras me esperaba para que vinieran a ayudarme, me fui escurriendo hasta caer a la vía. Llegaron los bomberos y querían sacarme como fuera, yo les dije que allí estaba bien y seguro y les pedí que hicieran marchar el tren que yo ya saldría. Al final, después de discutir un rato, bajó un bombero a hacerme compañía, se fue el tren y salimos tan ricamente.

Espero que os hayan gustado.

l'Alfred

El Fantito
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Leyendas Urbanas

Notapor Carlos Richarte » Vie Oct 14, 2005 6:54 pm

Hola a todos!!!!

Soy nuevo en este foro y me parece muy interesante. El tema es que estoy escribiendo una novela donde quiero hablar de los misterios del subsuelo de Barcelona, con ejemplos reales de lugares inhóspitos... etc.. Con todo lo que he leido tengo material pero quisiera conocer todavía más y más cosas, aquello que nadie se atreve a contar pero que está ahí oculto. Quien pueda ayudarme rogaría escribiera un mail. He intentado varias veces escribir un mensaje a Station Boss , "el master", pero no lo he conseguido. :?

carlosricharte@gmail.com

No hace falta decir que quien me ayude de alguna manera aparecerá en la hoja de agradecimientos del libro o la página web.

Saludos a todos y gracias.
000
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Notapor randemar » Mié Oct 19, 2005 12:58 am

Joer, Alfred. Recuerdamé que no me monte contigo en el Metro si voy por BCN, eres un pelín gafe, eh! :shock:
Vamos, ni te me acerques al barco, que igual lo hundes y me tengo que volver a Mallorca nadando. :mrgreen:
Eterno aprendiz de todo aquello que llama a la puerta de mi natural curiosidad.

La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño.

La perseverancia es un árbol de raíces amargas, pero de frutos muy dulces.
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