por Estanislao » Vie Ago 25, 2006 1:19 am
Las noches de verano, por no decir las tórridas noches de verano, de mi Linares-Baeza natal, salíamos todas las familias a la puerta de las casillas. Se formaban corrillos dos a dos, tres a tres familias, a veces algunas más. Alumbrados bajo las luces de las bombillas de la calle.
Los hombres tumbados en las hamacas con aquellos pantalones de pijama rayados y con las camisetas de tirantes. Las mujeres sentadas en aquellas sillas bajas de enea y alguna en sillones de mimbre. Los niños primero jugando con la arena de la calle y más tarde recostados en camastros improvisados sobre la acera. Algunas veces alguien preparaba en un lebrillo una paloma o una sangría y todos bebíamos, sin excepción, hasta que se acababa. Así dormíamos mejor.
El calor hacía imposible el penetrar en las casas hasta que no comenzaba a refrescar a altas horas de la noche. A escasos metros comenzaban a pasar los correos primero, el pescadero después, y luego los expresos. En frente, en la reserva, los encendedores comenzaban a preparar las 140 que luego arrastrarían el expreso de Granada y Almería. A esa hora, más o menos, las tertulias ya estaban vencidas, pero todos permanecíamos en la calle. Pero llegaba el momento de introducirse en las casas. Las casas eran auténticos hornos, pero pronto refrescaría y ya era posible esperar ese momento en su interior. Ese momento era anunciado por el resoplar de las 140 arrastrando el expreso y sonando sus silbatos los maquinistas de aquella triple tracción.
Un día, más o menos, sin anuncios. Ya no notamos ese resoplido. Era un vibrar no un resoplar lo que nos anunciaba el irnos a la piltra. No ese silbido tan agudo sino uno grave y ronco el que ya nos acompañaría en aquellas madrugadas de calor asfixiante. Pero eso sí ya no regresaba la máquina auxiliar por cola al coronar Torreblascopedro, las tres máquinas arrastraban el expres, aquel inmenso expres, hasta Moreda.
Casi una década antes, habían llegado sus hermanas las 1600, primero a hacerse cargo de la tracción de Despeñaperros y luego de la campiña del Guadalquivir.
Pero aquellas 1300 rugiendo, subiendo a Granada, inspirando a Miguel Ríos su "Vuelvo a Granada", oyéndolas por la curva San Pedro y viéndolas retorciéndose ascendiendo por la misma camino de Huesa, o, ya amaneciendo bajando a Guadahortuna, cuando ya el ruido se hacía más suave y casi te arrullaba en tu departamento de segunda para que por fín se adueñara unos minutos el sueño de tí.
He de decir también que me acompañaron, además, durante un par de años en el correo de Puente Genil. Y durante más de 20 años al correo de Linares-Baeza a Jaén, y unos pocos en los rápidos Jaén-Espeluy y regresos. Y que allá, hacia 1983, ví como una de ellas arrastraba el Talgo III de Madrid a Granada y Almería que se había quedado inutil entre Torreblascopedro y Begijar. Le desmontaron el faldón delantero a la 2000 y por allí enganchó la 1300 al Talgo hasta Moreda.
Las últimas que ví fue haciendo el tren de la Piedra de la Cantera de La Peña en Bobadilla, en la renovación de Campillos y Almargen hacia 1988.
Sólo unos detalles más. Su cabina central con su doble pupitre, cada uno orientado en un sentido de la conducción, las hacía muy seguras. Nunca originaron la muerte de ningún maquinista en los accidentes que sufrieron. Era un engorro para el ayudante apoyar a la conducción, pues era dificultosa la visión siempre, pero más cuando iban con el morro largo por delante (al igual que con las 10800, la 1401 y las 1900 americanas). Su hombre muerto era de presión, si mal no recuerdo, y eso las hacía inseguras al permitir que pudiera ser calzado. Quiero recordar que no poseían ASFA. Por lo que las conducciones recaían por completo sobre el maquinista de la máquina principal, pues fueron muy usadas en múltiples tracciones (las cuádruples tracciones de mineral en Almería).
Merecido homenaje a las 1300.
Saludos, Estanislao