por randemar » Mié Dic 24, 2008 4:46 pm 
			
			Estos días suelen ser proclives a traer recuerdos lejanos de la infancia, viejas canciones o poemas, etc. Esta mañana he rescatado de mi olvido personal esta poesía de Agustín de Foxá con la que me gustaría felicitar el nuevo año a todos aquellos que estáis trabajando duro en esta ruta, en especial al amigo Estanislao, su precursor. 
CON MIS MEJORES DESEOS PARA EL 2009!!!
Santi (Randemar)
Trenes de Ávila o Soria
	Arriba. Abajo Entre tus negras manos 		
	Una cesta de fresas. 		
	Maquinista de un tren de Ávila o Soria.		
	Tu farol rojo en la nevada espesa. 		
	Hacia Medina o bien Venta de Baños.		
	La Navidad del tren; y las banderas 		
	Que en el paso a nivel alza tu novia		
	Tan rubia sobre el túnel que negrea.		
	¿Nunca has de detener tu vieja máquina 		
	Con su alta chimenea 		
	Como aquella de Stephenson, que un día		
	Desafió a un caballo en Inglaterra? 		
	¿Dejarás esta noche deslizarse, 		
	Por terraplén de lirios, esa cesta 		
	Con carbones, que alumbra la cocina 		
	De la pobre guardesa? 		
	Tú rodeas ciudades con murallas 		
	Y rozas, con el alba, las Iglesias 		
	Cuando repican, frescas, las campanas 		
	De las misas primeras. 		
	Palomas de pañuelos, los andenes, 		
	Donde Mozas de cántaro vocean		
	Almendras de Alcalá, tarros de leche 		
	Y bizcochos, borrachos con canela. 		
	¡Cómo en Agosto sudan tus vagones!		
	Su resina pringando las maletas; 		
	¡Cómo el papel de la merienda fría		
	Pega al cardo morado en la cuneta!		
	A veces una chispa entre los pinos 		
	Con el viento del tren se torna hoguera. 		
	Tren del amanecer; con una lámpara 		
	De acetileno, donde muere ciega 		
	La mariposa, azul de los pinares 		
	Que perfumó la ventanilla abierta.		
	¡Oh tren humilde, del trayecto corto! 		
	Con un vagón, que era un redil de ovejas 		
	Que iban al matadero y que balaban 		
	Temiendo al lobo al coronar la sierra.		
	Gallos en las cantinas, de paletos 		
	Que anunciaban la aurora en una cesta.		
	La estufa y el reloj y el Reglamento 		
	De la sala de espera. 		
	Eran, con sus puntillas amarillas, 		
	De terciopelo rojo tus «primeras»		
	Donde iban catedráticos modestos 		
	Y a veces funcionarios de la Audiencia.		
	Tus «segundas», de azul, eran solemnes		
	Con curas, cazadores, escopetas. 		
	Y segadores, monjas y civiles 		
	En el claro barniz de tus «terceras». 		
	¡Tren de mis vacaciones!; en tus redes 		
	Yo me dejé olvidada una cometa		
	Que iba a lanzar al aire de un verano 		
	Del año mismo en que empezó la guerra. 		
	Durante años yo vi desde mi asiento 		
	Al cruzar Almazán, sobre una huerta 		
	Y en un balcón de hierro, a una muchacha 		
	Que agitaba un pañuelo con tristeza. 		
	Yo la vi marchitarse año tras año 		
	Y diciéndome adiós, hacerse vieja.		
	Por la llanura fría, allá, hacia octubre		
	Cuando trashuman las merinas lentas		
	Entre ermitas románicas que guardan 		
	Santiagos con espadas de madera 		
	¡Oh tren que pudo ser del romancero! 		
	Tren del año sesenta 		
	En ti, Antonio Machado llegó a Soria 		
	Entre los chopos y el alcor violeta. 		
	Y Bécquer, arropado y melancólico		
	En su manta escocesa 		
	Al ver las golondrinas del telégrafo 		
	Imaginó su rima más perfecta. 		
	En un grabado de la «Ilustración»		
	Apareces cubierto de banderas 		
	De tu inauguración, con un obispo 		
	E ingenieros barbudos, con chisteras. 		
	Aún seguirás corriendo tu trayecto 		
	Casi sin nadie, por la helada estepa, 		
	Por fondas donde dan agua de pozo 		
	Donde braman, trabadas, las terneras.		
	Mucho he viajado desde entonces; trenes 		
	De Sleepings con sus máquinas eléctricas 		
	Han llevado mi tedio o mi alegría		
	Por las grandes ciudades extranjeras.		
	Pero a ti, tren humilde, tren de Soria 		
	Vuela mi corazón: porque tú eras		
	Alegría inicial de mis veranos		
	Con equipaje ingenuo de cometas.		
  
Agustín de Foxá (1903-1956)
			Eterno aprendiz de todo aquello que llama a la puerta de mi natural curiosidad.
La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño.
La perseverancia es un árbol de raíces amargas, pero de frutos muy dulces.