Lo cierto de todo esto, que se ha obviado, es que los "patitos" ya han comenzado a rodar en servicio comercial para Grandes Lineas como "producto" Alvia, sustituyendo al Altaria, aunque en realidad sean las mismas composiciones de Talgo VII. Que lleven dos cabezas tractoras o una 252 no influye, por lo menos de momento. Cuando se inaugure la LAV de Valladolid y los 130 puedan utilizar todas sus ventajas y atributos (ser bitensiones y de ancho variable) entonces si que la mejora será considerable, ya que los tiempos de viaje entre Alicante y Gijón se reducirán en unos 90 minutos aproximadamente. A todo esto hay que añadirle las ventajas de la clase Preferente, que se extienden a todo el recorrido, en vez de estar limitadas al trayecto entre Madrid y Alicante como ofrecía el Altaria hasta anteayer.
Si comparamos el servicio de estos trenes Madrid-Gijón y Alicante-Gijón con lo que eran hace tan solo un año, es evidente que el salto cualitativo ha sido muy alto. Pasar de Talgo IV y tracción de 269 a Talgo VII y tracción de "patito" permite, de entrada, poder utilizar las variantes adaptadas a 200 km/h existentes en la actualidad (Alpera, Chinchilla y Socuéllamos) y el tramo Albacete-La Roda, que también está adaptado a 200. Y es evidente que la comodidad del T-VII es superior al T-IV.
Claro que si lo vemos desde el punto de vista del aficionado puro y duro, es probable que prefiriesemos que todavía circulara el Expreso, o el TER, o esas largas composiciones de Talgo III con las 269 "periquito" o "estrella". Claro. Pero esto ya es harina de otro costal...