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GIRONA
Vías de un solo carril
Se conservan pocos restos del carrilet: sólo cuatro estaciones de las veintiocho originales
JAUME FABRE - 27/02/2006
Fue el de 1956 un año bisiesto. Por eso el carrilet, que la gente llamaba tranvía, entre Girona y Palamós, hizo su último viaje el 29 de febrero. Ahora se cumple medio siglo. Había empezado a funcionar 69 años antes entre Palamós y Flaçà, en 1921 llegó hasta Girona y en 1928 se le añadió un ramal hacia Banyoles. Tuvo sus momentos de esplendor hasta la Guerra Civil. Después, cuando reemprendió el servicio en junio de 1942 fue arrastrándose por las vías en un proceso de progresiva decrepitud por falta de mantenimiento e inversiones. Se conservan pocos restos: sólo cuatro estaciones de las 28 originales.
Fue el primer paso de la supresión de todos los ferrocarriles de vía estrecha existentes en las comarcas de Girona. Los que unían Sant Feliu de Guíxols y Olot con Girona dejaron de funcionar en 1969. Su recuerdo se conserva en muchas estaciones reconvertidas y sobre todo en la vía verde, para ciclistas y caminantes, que sigue el antiguo trazado de las vías.
La desaparición de los carrilets que unían Girona con el Baix Empordà y la Garrotxa hizo derramar hectolitros de lágrimas de cocodrilo. Se estudiaron mil proyectos para el restablecimiento de las líneas, aunque fuera sólo como atracción turística para llevar visitantes de la Costa Brava a la ciudad de Girona, pero la realidad actual es que la capital mantiene una pésima comunicación con el Baix Empordà y una muy buena comunicación por carretera con Banyoles y Olot, gracias a la autovía del Pla de l´Estany construida durante los Juegos Olímpicos y a la del eje pirenaico que está culminando el Ministerio de Fomento desde Besalú hasta la capital de la Garrotxa.
El circuito por carretera Girona-Sant Feliu-Palamós-Girona, en cambio, es lamentable, a pesar de las mejoras iniciadas por el anterior gobierno autonómico y terminadas por el presente. Aunque se han ido realizando variantes y algún tramo de autovía, la mayor parte sigue siendo de un solo carril, plagado de insufribles rotondas y que atraviesa el centro urbano de algunas poblaciones, con colas a ratos kilométricas. Con el agravio de que se va a desdoblar primero el acceso a la Costa Brava desde Vidreres, usado básicamente los fines de semana veraniegos por los que vienen de Barcelona. En cambio, para los que viajan cada día por razones de trabajo entre las ciudades de Girona, Sant Feliu de Guíxols y Palamós, ajo y agua.
