Bueno, ahí va un viaje corto pero que fue diferente a todos mis viajes en tren.
Son las 6:50 de la mañana de un domingo. En las vias hay varias unidades estacionadas esperando salir a realizar el servicio. Algunas 3800, 3500, 440 y el T-IV de Alicante. En la estación de Gijón se pueden ver caras de sueño. Jóvenes (como yo) que llegan de fiesta y esperan que salga el tren para irse a casa, alguien que tiene que ir a trabajar... y algún despistado que no se enteró del cambio de hora. Mis amigos y yo decidimos montar en el tren tras sacar el billete. Incluso la persona que nos vende el billete anda dormida. Montamos en la 3500 que nos toca para descansar pero soy incapaz de dormir. a las 7:01 puntuales partimos hacia Avilés. Cuando llegamos a La Braña (Gijón-Jovellanos) se puede ver la rama del Costa Verde, la rama T-IV del refuerzo de los viernes, el T-III de Barcelona...
El viaje continúa tranquilamente mientras vamos pasando poco a poco estaciones, siempre en hora. Tras pasar por Candás comienza un tramo bastante rápido (70/80) donde se puede ver amanecer poco a poco. Cae una lluvia que parece envolver la zona en un ambiente más especial mientras yo en el tren sintiéndome protegido. Poco a poco nos vamos acercando a la estación mientras el día va clareando poco a poco aunque la lluvia sigue cayendo aunque cada vez más fuerte. El maquinista (un señor ya veterano) lleva el tren con gran facilidad y suavidad. Finalmente me apeo en Avilés Apdo mientras el tren con algunos amigos aún continúa a la estación. Tras un ratito caminando llego a casa y me cambio de ropa. Un día más de fiesta y un viaje más en tren.
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El otro Javier López