Mi querida línea del aceite.
Yo la conocí en dos momentos: a finales de los años 60, cuando viví con mi madre, y a principios de los 80, cuando viví con mi propia familia, aunque también viví en Jaén en el curso 73-74, entonces use el TAF SANTO REINO, precedente del Platanito, coche intermedio remotorizado.
De la primera etapa recuerdo aquellas madrugadas para ir con mi madre a bañarnos a Málaga, salía a las 5.20 y regresábamos a las 0.49. Cogías el Automotor hasta Puente Genil y luego el ferrobus hasta Málaga y lo mismo a la vuelta. Estabas en Málaga desde las 11.48 hasta las 18.20. El cuerpo lo llevabas cortao' hasta que veías la playa. Entonces ya pa' qué. Pero me acuerdo de ir asomado por la ventanilla, sin perder ni un detalle de aquellos amaneceres. Me viene a la mente una cantera que había más acá de Alcaudete y que después la ví ya como un desmonte con las vías colocadas sin conexión con la principal, supe su nombre pero ya no lo recuerdo. También en aquella España sin tiempo, recuerdo volver de Córdoba con ese mismo horario, daba lo mismo venirse en el Carretas por Espeluy o en el Automotor por Campo Real, aunque la distancia era un 50% mayor por aquí.
La segunda etapa, ¡buh! Tantos y tantos viajes realizados, aquellas mañanas fresquitas de la primavera con los campos rebosando de hierba, penitentes, aceiteras, jamargos, campanillas,... colores verdes, amarillos, violetas, azules,... El chirriar de los vagones, el traqueteo de los carriles de ocho metros sin soldar, mirabas por la ventana y parecía que el tren se iba a descuajaringar. En las paradas eternas oíamos a los jilgueros, los verderones, los chamarines cantar y hacer su cortejo propio para poner sus nidos en aquellas hileras interminables de olivos que parecían ser nuestros oficiales de honor y cubrirnos todo el camino. También recuerdo el verano asfixiante, con parada en la Fuente del Rio en Cabra. Los otoños con las lluvías torrenciales, sobrepasando la vía. Y los inviernos con aquellas escarchas y las hogueras a miles elevando su humo por encima de las olivas, que te hacía saber donde estaba la cuadrilla de la aceituna calentándose las manos antes de hincarse de rodillas y escudriñar entre la hierba y la escarcha la aceituna caida del olivo.
Fue el último mixto que circuló en España, que yo sepa, todavía recuerdo un artículo que le dedicó EL PAIS SEMANAL allá por 1983-84. La 1300 (no podían circular otra por el peso por eje), el furgón del jefe de trén, el 2ª cinco mil directo Madrid-Puente Genil, el 2ª góndola que hacía el servicio Espeluy-Puente Genil, el furgón de cola y los mercancías: algún J para Torredonjimeno, J de harina para Luque, plataformas con coches para Lucena, retirar las cisternas de la Cros de Lucena.
Saludar a los compañeros de los pasos a nivel en Martos, Cabra y Moriles. Dado el bajo tráfico, había pasos que no estaban guardados: el de Luque a la estación, por ejemplo, a pesar de ser una carretera de pleno tráfico.
Torredonjimeno tenía 2 ó 3 derivaciones particulares, la más importante la fábrica de cemento. Ella sola demandaba casi un tren de gas-oil y sacaba dos trenes de cemento, pero cuando no fallaba el gas-oil, fallaba la máquina y al final optó por comprarse su propia flota de camiones, pero allí estaba su tractorcillo, recordándonos la época en que hacía su maniobra con las cisternas y con las tolvas de cemento.
Si alguno lo estáis haciendo recordar que había tres lagunas, dos inmediatamente a la salida de Alcaudete-Fuente Orbe dirección Collado Las Arcas, la más grande que creo que era la primera era la laguna de La Graja, y una inmensa, casi lago, la laguna del Conde, entre el Collao' y Luque. No os olvidéis de la Cueva de los Murciélagos en Zuheros ni de reflejar como sea su precioso castillo, yo también reseñaría en la curva de entrada a Cabra el chalet de Pepe Solis (la sonrisa del Régimen), por aquello de no olvidar.
Últimamente había dos cantinas: una en Alcaudete-Fuente Orbe que no tiene nada que ver con el bar que pusieron cuando cerraron la Línea. Estaba bajo uno de los dos cubatos que existían. Era matemático cafe y "cagar", incluso antes de subirte al tren, no habías abandonado la barra y ya te estaban dando los apretones. La otra estaba en Doña Mencía que tampoco tiene nada que ver con el bar que allí pusieron también. Ahí, he comido yo las mejores aceitunas de ajo que recuerdo. Pero el éxito estaba en Luque. Aquí el trén se quedaba solo. Todos nos bajábamos. Era la época en que los pajaritos fritos se comían, he de decir que eran granívoros en su mayoría, salvo en época de cría que se transformaban en omnívoros, y por lo tanto carnívoros, gusanos. Pero bueno, entonces no existía tanta cultura ecológica. Pues lo dicho, los chorizos al infierno, dos huevos fritos, nuestra cervecita y nuestro café, bueno... Éste ya no era purgante, por lo tanto uno no tenía que visitar irremediable e imperiosamente el excusado (como se le conoce ahora). Bueno nos bajábamos todos la pareja de conducción, el personal del tren y poco más, iban varios ferroviarios de servicio, y algún que otro viajero, pero nunca más de dos o tres, los más se habían bajado en la provincia de Jaén y ya estábamos en Córdoba. Ahora cogeríamos viajeros hacia Puente Genil. Si había maniobras, la cosa se complicaba, pero no importaba, teníamos toda la marcha del mundo. Teníamos que recorrer 100 km en 4 horas, aunque a 40 km/h. Desde Martos a Puente Genil. Se les pedía a los maquinistas cuando pitaban que habían acabado la maniobra.
Collado Las Arcas era curioso, tenía dos vías de estrelladero que eran usadas como vías de apartadero, pero para continuar viaje tenía que retroceder. Dada la disposición de sus agujas, sólo cabía un automotor. Voy a intentar hacer el cróquis. La mitad del trayecto hasta Luque estaba ocupada por la Laguna del Conde y hacia la mitad estaba el letrero de cese la doble tracción DT.
Hubo más estaciones que yo ya no las conocí o recuerdo: Gordillo (los ferroviarios decían Regordillo) y Moralduro entre Jaén y Torredelcampo y también recuerdo la explanación de otra cantera entre Lucena y Cabra, próxima a ésta.
Unas líneas para Grañena, últimamente servida con la subestación y la Cros. Bajaba el bueno de don Juán, el jefe principal (fue el jefe de estación cuando mi abuelo estaba en Las Madrigueras de guardagujas), con la maniobra para llevar cisternas de abono. Pero antiguamente fue un cargadero de mineral. A la izquierda, según se sube a Jaén, se verán todavía en medio de los sembrados, los pilares de las torres del cable aéreo para las vagonetas. Me decía mi buen amigo Francisco Franco López, el jefe de tren q.e.p.d., que cuando estaba de mozo, las maniobras eran de tracción animal, tenían una mula. Había días que la pobre mula sucumbía bajo las ruedas del tren. Decía: "Entonces comíamos todos carne dos o tres días, pero después nos venían dos o tres días de empleo y sueldo, dependiendo del tiempo que la anterior mula hubiera caido" (vaya una cosa por la otra), pues pensemos que estaríamos a finales de los 40. También a nivel local es famosa por "los melones de Grañena", de dulce sabor.
En Mengibar-Artichuela se montó una papelera que también era servida por la maniobra de Espeluy.
En este trayecto entre Jaén y Espeluy había tres pasos a nivel guardados, uno próximo al cargadero de Grañena (lado Jaén), otro en el mismo apeadero de Villargordo y otro próximo al cargadero de Mengibar-Artichuela (lado Jaén).
El omnibus paraba en Jaén porque llevaba muchos vagones y el furgón de correos. Tenía la maniobra y la paquetería de la gran velocidad.
Bueno, ya os he soltado bastante rollo y supongo que cuando vaya pasando las imágenes se me ocurrirá más.
Buenos días-noches, hasta mañana.
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Alcaudete-Fuente Orbe se llamaba así porque había un nacimiento en la propia estación.
Posteriormente, se hizo jefe de estación y se fue a métodos, o sea, eliminar puestos de trabajo, qué puesto de trabajo eliminó primero 
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